Durante varias exploraciones por el mundo por aparte de cada uno en diferentes puntos del mundo conociendo al biodiversidad de la naturaleza en todo el mundo. El viaje del Beagle duró casi cinco años, zarpando de la bahía de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y arribando a Falmouth el 2 de octubre de 1836. Poco después, en las Islas Galápagos, geológicamente jóvenes, Darwin se dedicó a buscar indicios de un antiguo "centro de creación", y encontró variedades de pinzones que estaban emparentadas con la variedad continental, pero que variaban de isla a isla. También recibió informes de que los caparazones de tortugas variaban ligeramente entre unas islas y otras, permitiendo así su identificación
Wallace partió a bordo del Mischief hacia
Brasil. En Sudamérica pasó cuatro años recolectando insectos y otros
animales.
Durante sus viajes por el archipiélago malayo,
Wallace se dio cuenta de que la grandísima biodiversidad zoológica de aquellas tierras estaba claramente
dividida por una línea imaginaria que separaba a dos grandes grupos: las
especies de origen asiático continental, y las de origen australiano. Esta frontera zoogeográfica se denominó Línea de Wallace. El cambio de dirección que sufrieron sus ideas evolutivas llegó a su
desarrollo máximo estando enfermo en la cama.
Llegó
a la conclusión de que podía aplicar esas mismas leyes sobre poblaciones de
otros seres vivos, en donde se produce una gran destrucción de individuos para
mantener el crecimiento de la población estable, y donde solo sobreviven los
que están mejor adaptados. Este es su principio de selección natural, aunque él nunca lo
llegó a llamar así.
En 1857 Wallace había mandado varias cartas a Darwin
explicándole algunas de sus nuevas ideas y teorías. A su vez, Darwin se da
cuenta de que Wallace ha llegado a conclusiones similares a las suyas y está
encantado con sus investigaciones sobre distribuciones geográficas.
Es en 1858 cuando Wallace decide enviar a Darwin una copia de
su ensayo “Sobre la tendencia de las variedades a
diferenciarse indefinidamente del tipo original“.
Viendo tal similitud entre su obra y la de Wallace, Darwin se vio forzado a
terminar con rapidez su libro “El origen de las especies”, y en
1859 decide por fin publicarlo junto con el ensayo de Wallace ante la Sociedad
Linneana de Londres, dejando claro que ambos son codescubridores de la teoría.
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